El recuerdo a 38 años de la Noche de los Lápices
El 16 de septiembre de 1976 y en los días siguientes, un grupo de estudiantes de la UES, menores de 18 años, fueron secuestrados por la dictadura militar. Reclamaban por un boleto estudiantil. Terminaron torturados y desaparecidos.
La Ciudad de La Plata fue uno de los lugares más golpeados por la última dictadura cívico-militar. Una gran cantidad de militantes desaparecieron de la capital bonaerense, fuerte en su militancia universitaria y gremial. La Plata, fue además el lugar donde sucedió La Noche de los Lápices. Se cumplen hoy 38 años de la noche en la que fueron secuestrados y asesinados un grupo de estudiantes de menos de 18 años.
Las víctimas fueron en su mayoría estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), rama estudiantil del peronismo revolucionario. Esta agrupación, junto a otras escuelas, habían reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el otorgamiento del boleto de colectivo con descuento estudiantil secundario.
Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y por la policía de la provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps.
Las víctimas eran militantes que habían participado en la movilización que un año antes había conseguido la implementación del Boleto Estudiantil Secundario (BES). En agosto de 1976, la dictadura decidió suspender este beneficio con el propósito de identificar a los referentes del movimiento estudiantil que había encabezado este reclamo.
Así consta en un documento de inteligencia titulado “La Noche de los Lápices”, que años más tarde fue hallado en dependencias de la Policía bonaerense, y en el cual el comisario mayor Alfredo Fernández describe las acciones que se debían emprender contra estos jóvenes, “integrantes de un potencial semillero subversivo”.
Emilce Moler –una de las cuatro sobrevivientes de la trágica noche de septiembre del '76, junto con Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda– aseguró: "Los jóvenes en aquellos años no éramos inocentes, no teníamos nada de inocentes, no me borren la historia de la militancia. Si dejamos instalado que los jóvenes por ser jóvenes van a ser inocentes, les estamos transmitiendo un mensaje paralizador. Les estamos transmitiendo que hagan lo que hagan no van a modificar nada, por la edad que tienen, y no es cierto."
La Ciudad de La Plata fue uno de los lugares más golpeados por la última dictadura cívico-militar. Una gran cantidad de militantes desaparecieron de la capital bonaerense, fuerte en su militancia universitaria y gremial. La Plata, fue además el lugar donde sucedió La Noche de los Lápices. Se cumplen hoy 38 años de la noche en la que fueron secuestrados y asesinados un grupo de estudiantes de menos de 18 años.
Las víctimas fueron en su mayoría estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), rama estudiantil del peronismo revolucionario. Esta agrupación, junto a otras escuelas, habían reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el otorgamiento del boleto de colectivo con descuento estudiantil secundario.
Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y por la policía de la provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps.
Las víctimas eran militantes que habían participado en la movilización que un año antes había conseguido la implementación del Boleto Estudiantil Secundario (BES). En agosto de 1976, la dictadura decidió suspender este beneficio con el propósito de identificar a los referentes del movimiento estudiantil que había encabezado este reclamo.
Así consta en un documento de inteligencia titulado “La Noche de los Lápices”, que años más tarde fue hallado en dependencias de la Policía bonaerense, y en el cual el comisario mayor Alfredo Fernández describe las acciones que se debían emprender contra estos jóvenes, “integrantes de un potencial semillero subversivo”.
Emilce Moler –una de las cuatro sobrevivientes de la trágica noche de septiembre del '76, junto con Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda– aseguró: "Los jóvenes en aquellos años no éramos inocentes, no teníamos nada de inocentes, no me borren la historia de la militancia. Si dejamos instalado que los jóvenes por ser jóvenes van a ser inocentes, les estamos transmitiendo un mensaje paralizador. Les estamos transmitiendo que hagan lo que hagan no van a modificar nada, por la edad que tienen, y no es cierto."
No hay comentarios:
Publicar un comentario